éramos amigos los tres, hoy no sé nada de ellos.
él me contaba todo lo que hacia con ella; yo sabía de su primera vez juntos, sabía cuán brutal fue para ella la penetración, y cuánto le dolían los pechos al día siguiente.
ella era a quien recurría cuando yo quería hablar con alguien; sabía de las insistencias de él por tener sexo, sabía del momento en que la traicionó, y qué otros chicos le gustaban. -y hablando de traiciones, tengo que decir que, ése fue el momento cuando todo empezó a nublarse para los tres.
ellos terminaron y yo me repartía en soportar las tonterías que cada uno me contaba sobre el otro, en ningún momento pasó por mi mente el dejar de ser amigo de alguno y seguí soportando por unas semanas ese lloriqueo despechado, hasta que el tema quedó atrás.
soñábamos con cumplir dieciocho y poder vivir para siempre, ellos mutaron lentamente desde la separación y yo disfrutaba el poder compartir días enteros con ellos, entre recuerdos casi borrosos la encuentro bailando con vaso en mano, cantando esas canciones que hasta hace poco pensé haber olvidado, bebiendo en cantidad y celebrando la vida; este tipo de episodios se repetían constantemente;- muchas mujeres son difíciles de entender, puede que un día te manden una señal y al otro día te traten como un desconocido, te manipulan -; todo conjugaba de manera extraña entre ella y yo, y mientras más gente nos presionaba a llegar a tener algo, nos sentíamos más cercanos. yo no sé si quería tener algo con ella, sentía deseo al verla pero a la vez la miraba más como a una buena amiga.
llegó una noche en que no puse un límite a los actos y terminamos en la parte trasera del bar a punto de tenernos el uno al otro, debo aceptar que días antes a esa noche yo ya no soportaba el deseo de estar con ella y me moría pensando en el momento en el que la tuviera desnuda delante mío, y a pesar de todo al ver su cuerpo cerca al mío la aparté diciéndole que no podía, que debíamos estar seguros de lo que íbamos a hacer; hoy me arrepiento de esto. luego de ese incidente seguíamos viéndonos, aunque poco a poco nos distanciamos
él no supo nada de lo que había sucedido en mi vida por unos meses, y a pesar de esa profunda hermandad que teníamos en el colegio, también llegó el momento de separarnos, el final fue una noche en que nos encontramos en un bar y por incidentes que no recuerdo todo terminó en un griterío de putas en el que uno al otro le reprochaba cualquier episodio sucedido hasta entonces; días después borré cualquier contacto que me ligara a él.
la semana pasada la vi, sentada a un lado del camino por el que iba, y aunque siento que la extraño, oculté mi mirada.